26 de noviembre de 2009

Fin


Grande es ahora la plenitud de esta entrada. Meditabunda voy, con la existencia rozada por los polvos de los desiertos. No hay bienvenida, pero sé que entro al paraje fértil. Se que tendré los balsamos para todas mis heridas. Y que en algun momento abandonaré la carga honda de tu recuerdo. Despues de tantas noches, aún despues de mis entregas y renunciamientos. Ahora al pié del monton increible de mis veinte años, dejame lavarme, para que fresca salga al tiempo, a recorrer mi destino.

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