26 de diciembre de 2009

Rio Mayo

Esta es o era la casa de mi mama cuando decidió ir al sur a trabajar como maestra. Me la hizo llegar su hermano hace poco y caí en la cuenta de lo que siempre escuche de chica. La casita, en la tierra inhospita, lejos de todo, en el medio de las montañas que mama adoraba y donde la principal característica era la soledad, justo en frente de la ruta 40. Ella contaba que la escuela donde trabajaba quedaba a 1 km de distancia así que cuando hacia mucho frio o había nieve envolvía a mi hermana Analia en una frazada y caminaban juntas hacia allá. La renoleta estacionada, de mi padre, fue su primer auto, con el que cruzaron todo hasta Formosa, su destino para una nueva vida. Solo que ella nunca olvido este comienzo y cada vez que lo comentaba se le dibujaba su sonrisa de añoranza. Cuando la vi me sorprendí. Me demostró el espíritu fuerte que tenia mi mama.




1 de diciembre de 2009

Tuve una Sensación

Me quede con la taza en mi mano sin antes poder probar un sorbo del alentador café, en el momento justo en que sonriendo me contabas que te enamoraste de esa chica y empezaban algo serio, que no podías estar mas feliz con ella y que es la etapa mas linda de tu vida, en ese bar al que te cité para confesarte temerosa pero decidida el amor profundo que siento por vos. Bajé la taza y te actué de amiga. Pasaron minutos en donde te puse mute a tu relato de la tipa perfecta mientras te miraba comprensiva. Mis tacos se convirtieron en ojotas exactamente cuando mis hombros bajaban un escalón. Se me corrió el delineador, solo. Sentía un mar de latidos fuertes al son de puteadas internas para conmigo misma, además, claro, la vergüenza que me hervía. Estaba segura de que todos en el bar vieron mi transformación en ese instante y hasta escuchaba que la moza detrás de la maquina de café murmuraba por lo bajo "pobre...". Si. Pobre de pelotas, si a esta flaca la conoces hace cuatro meses!? y yo mamerta y pelotuda te sueño en mi cama hace año y medio!? Doce pesos y uno con cincuenta de propina junto a mi ilusión en la mesa, los dejaste ahí y te fuiste feliz por contarlo, eso te lo hacia mas real. Me fui a la parada del 109 y prendi un pucho. Vamos, que no decaiga, seguro mañana ya estoy bien. Bueno, igual mañana juro que me busco otro trabajo.