
26 de diciembre de 2009
Rio Mayo
Esta es o era la casa de mi mama cuando decidió ir al sur a trabajar como maestra. Me la hizo llegar su hermano hace poco y caí en la cuenta de lo que siempre escuche de chica. La casita, en la tierra inhospita, lejos de todo, en el medio de las montañas que mama adoraba y donde la principal característica era la soledad, justo en frente de la ruta 40. Ella contaba que la escuela donde trabajaba quedaba a 1 km de distancia así que cuando hacia mucho frio o había nieve envolvía a mi hermana Analia en una frazada y caminaban juntas hacia allá. La renoleta estacionada, de mi padre, fue su primer auto, con el que cruzaron todo hasta Formosa, su destino para una nueva vida. Solo que ella nunca olvido este comienzo y cada vez que lo comentaba se le dibujaba su sonrisa de añoranza. Cuando la vi me sorprendí. Me demostró el espíritu fuerte que tenia mi mama.


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